EL MILAGRO MEXICANO

 

El Milagro Mexicano



Aprendizaje esperado: Explica la multicausalidad del crecimiento industrial y los límites del proteccionismo.

Énfasis: Explicar las causas del Milagro Mexicano, de las limitaciones del proteccionismo y de la petrolización de la economía.

¿Qué vamos a aprender?

En la sesión pasada abordaste las políticas sociales del Cardenismo y de los gobiernos civiles hasta la década de los setenta. En esta ocasión revisarás el contexto político y económico en el que se dio el llamado “Milagro Mexicano”.

El Milagro Mexicano coincidió con el gobierno de cinco presidentes:

Manuel Ávila Camacho de 1940 a 1946.

Miguel Alemán Valdés de 1946 a 1952.

Adolfo Ruiz Cortines de 1952 a 1958.

Adolfo López Mateos de 1958 a 1964.

Gustavo Díaz Ordaz de 1964 a1970.

La política económica de estos presidentes se centró en el crecimiento económico, la actividad industrial se intensificó como nunca antes y en consecuencia se desarrollaron las zonas urbanas del país con el mejoramiento de la infraestructura y la demanda de mano de obra.

La segunda pregunta es: ¿en qué contexto internacional y nacional tuvo lugar el Milagro Mexicano?

El contexto internacional del “Milagro Mexicano” fue entre la Segunda Guerra Mundial y la llamada Guerra Fría.

Al iniciar la Segunda Guerra Mundial, México era un exportador de materias primas, la mayoría de ellas se dirigía a los Estados Unidos. Por otro lado, era un importador de productos industrializados, principalmente europeos y del vecino del norte. Debido al conflicto internacional, no pasó mucho tiempo para que las importaciones se redujeran.

Ante la falta de productos de importación, el Estado Mexicano decidió implementar un modelo económico conocido como “Sustitución de Importaciones”, que consistió en apoyar y fomentar la industria nacional, sobre todo la manufacturera, para que se fabricaran los productos que, por causa de la guerra, no podían llegar al país.

Durante el conflicto armado los productos mexicanos experimentaron una alta demanda del extranjero y llegaron fuertes capitales, esto debido a la inestabilidad política de Europa.

Como recordarás, México ingresó a la guerra después de que submarinos alemanes hundieron buques petroleros en el Golfo de México, el petróleo fue uno de nuestros principales productos de exportación. De esta forma, México aseguró materias primas y productos manufacturados a los aliados durante la segunda guerra.

Además, como consecuencia de la guerra mundial, en el contexto nacional el “Milagro Mexicano” coincidió con el gobierno del último presidente de procedencia militar, Manuel Ávila Camacho y después siguieron gobiernos de presidentes civiles, esto con el objetivo de mostrar al mundo una imagen moderna con la clase política posrevolucionaria. Con esta acción México pasó de ser una nación de presidentes emanados directamente del conflicto armado a una de presidentes civiles.

Así, se puede asegurar que la estabilidad política en el país y la Segunda Guerra Mundial fueron dos procesos clave para que se experimentara en México un pujante y sostenido crecimiento económico que duraría alrededor de treinta años.

El “Milagro Mexicano” supuso la transformación de nuestro país de exportador de materias primas a exportador de productos industrializados, así se fomentó la industria interna y la sustitución de importaciones. Este cambio, fue provocado por el inicio de la Segunda Guerra Mundial, ya que las naciones en conflicto priorizaron la producción de armamento.

Otra implicación para el fomento de la economía nacional fue la creación de sociedades empresariales en el país, un ejemplo sobresaliente es el llamado “grupo Monterrey” integrado por nuevos empresarios del sector siderúrgico, papel y cervecero.

De esta forma, el campo dejó de ser una de las principales actividades económicas, ya que para las décadas cuarenta y cincuenta se pensaba que el motor de la economía nacional era la industria. 

El “Milagro Mexicano” se aparejó con el crecimiento poblacional, sobre todo en las grandes ciudades, la población de nuestro país, que era prominentemente rural, se volvió urbana ya que las fábricas de ciudades industrializadas como Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México, demandaban mucha mano de obra. La concentración de las personas en las urbes llevó a la creación de escuelas, hospitales y vivienda, a ello se le denomina infraestructura, indispensable para mejorar la calidad de vida de las personas.

Además, se construyeron caminos, carreteras, aeropuertos y puertos, necesarios para el traslado de mercancías e insumos para el funcionamiento y desarrollo de la industria.

En síntesis, el “Milagro Mexicano” supuso la construcción de infraestructura para el bienestar social de la población mexicana, sobre todo, del sector urbano. Se fundaron escuelas y hospitales para los trabajadores y sus hijos. Como ejemplo, el Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS.

Ahora observa y escucha la primera parte del video “La industrialización y el Milagro Mexicano”, del minuto 02:09 a 04:37.

  1. La industrialización y el Milagro Mexicano”

https://ventana.televisioneducativa.gob.mx/educamedia/telesecundaria/3/28/4/1608

A partir de lo observado y escuchado en el video, surgen dos preguntas.

La primera es: ¿qué es el proteccionismo?

Como explican en el video, cuando terminó la Segunda Guerra Mundial el gobierno mexicano aplicó una serie de medidas económicas para beneficiar a la industria nacional, conocidas como proteccionistas o proteccionismo. Cabe señalar que, en este periodo histórico, el Estado Mexicano tenía la facultad de intervenir en las decisiones económicas y fue un elemento fundamental para el desarrollo industrial en todo el territorio.

Las medidas proteccionistas que se adoptaron fueron aplicar un impuesto a productos de importación, es decir, a productos que llegan del extranjero, además, si alguna empresa o particular quería comprar algún producto o materia prima del extranjero se debía solicitar un permiso especial y se otorgaba excepcionalmente cuando aquello no se producía en el país o cuando la producción era insuficiente. Por ejemplo, si un empresario textil quería comprar algodón del extranjero no podía hacerlo, ya que este producto se cultivaba y procesaba en el país.

Además, para fomentar la industria, el gobierno exentó de impuestos a muchas empresas mexicanas, les prestó dinero a través del banco de fomento industrial llamado Nacional Financiera (Nafinsa).

En pocas palabras el proteccionismo fue una estrategia económica adoptada por el gobierno mexicano para proteger a la industria nacional de la industria extranjera; sin embargo, buena parte de la maquinaria y tecnología no se producían en el país.

Es preciso mencionar qué es un modelo económico. En términos muy generales es la “forma particular y concreta” que adopta la economía de un país “durante un periodo de largo plazo”.

En este caso, durante el Milagro Mexicano se adoptaron dos modelos económicos, el primero fue el llamado “Sustitución de Importaciones” que abarcó los sexenios de Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines. En este periodo hubo un crecimiento sostenido, pero con inflación, es decir, subió el precio de los productos.

Además, la alianza entre el sector público y privado fue fundamental para la construcción de infraestructura y de fábricas. Con esta alianza se creó la estrategia de economía mixta donde tanto el gobierno como los empresarios producían mercancías con el propósito de industrializar el país.

Algunos personajes que contribuyeron al desarrollo económico del paìs durante este periodo fueron:

Eduardo Suárez Aránzolo quien fuera el Secretario de Hacienda de Lázaro Cárdenas y de Manuel Ávila Camacho, es decir, ocupó el cargo durante doce años. Con él se inicia el modelo económico de “Sustitución de importaciones”.

Ramón Beteta Quintana, Secretario de Hacienda de Miguel Alemán Valdés. Es importante mencionar que en el sexenio alemanista se construyeron, como nunca, escuelas, caminos, carreteras y hospitales, entre otros.

 Antonio Carrillo Flores, secretario de Hacienda de Adolfo Ruiz Cortines. Cabe mencionar que este personaje ocupó otros puestos relevantes en gobiernos de las décadas setenta y ochenta.

El segundo modelo económico que se adoptó en el llamado “Milagro Mexicano” fue el de “Desarrollo Estabilizador” que abarcó los gobiernos de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz. Algunos economistas mencionan que este modelo es la etapa final del Modelo de Sustitución de Importaciones.

Este modelo se caracterizó por un crecimiento sostenido con muy poca inflación, se reforzó el proteccionismo y la economía mixta. Recuerda que el proteccionismo son las medidas económicas que adoptó el gobierno para blindar a la industria nacional frente a la industria extranjera. Mientras que la economía mixta es la alianza entre gobierno y empresas para producir y fomentar bienes de consumo a través de las fábricas y la construcción de infraestructura. 

El plan del Desarrollo Estabilizador fue obra de Antonio Ortiz Mena.

Este funcionario fue secretario de Hacienda de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, es decir, duró en su encargo doce años. La estabilidad fue condición para lograr un desarrollo económico y social creciente y sostenido. En la administración de este funcionario la economía mexicana crecía en promedio, 7 % al año. No obstante, en este periodo también se recibieron préstamos de bancos extranjeros, es decir, asumimos la deuda externa.

observa y escucha la última parte del video “La Industrialización y el Milagro Mexicano” del minuto 09:29 a 12:29

 

  1. La industrialización y el milagro mexicano

https://ventana.televisioneducativa.gob.mx/educamedia/telesecundaria/3/28/4/1608

Como observaste en el video, el fin del “ Milagro Mexicano” obedeció a diferentes factores económicos, por un lado el proteccionismo provocó que la industria mexicana fuera menos competitiva en el exterior, la dependencia tecnológica provocó que el costo de las máquinas influyera en el costo de los productos que se vendían en el mercado; aunado a ello, los bancos mexicanos no tenían dinero para prestar ya que los ahorros de la población eran mínimos, por lo que el gobierno se vio en la necesidad de pedir préstamos al exterior.

Además, el campo estaba abandonado por la apuesta total a la industria. Después de treinta años de crecimiento la crisis era inminente. Las materias primas y la industria no eran suficientes para el gasto que ejercía el Estado, lo que salvó la situación fue el descubrimiento de grandes pozos petroleros en el Golfo de México y así depender aún más del ingreso generado por los hidrocarburos.

De esta manera, se pasó de ser un país de economía industrial que sustituía importaciones a uno de economía petrolizada, es decir, el país dependía de la explotación y venta del petróleo.

Desde la década de los setenta hasta la fecha no se ha tenido un crecimiento económico tan rápido y sostenido como en el “Milagro Mexicano”. Debes tener claro que las causas de este fenómeno económico fueron condiciones externas e internas específicas del periodo histórico. Además, el proteccionismo que ejerció el Estado fomentó la creación de industrias, pero posteriormente imposibilitó la competencia. 

El campo mexicano



Aprendizaje espeado: Explica la multicausalidad del crecimiento industrial y los límites del proteccionismo.

Énfasis: Explicar el rezago tecnológico, los contrastes regionales y las causas de la crisis del campo.

 ¿Qué vamos a aprender?

Como recordarás, el tema que estudiaste en la sesión anterior fue el milagro mexicano, proceso que significó el crecimiento económico y la modernización de la industria y el campo en nuestro país.

El día de hoy revisarás los cambios en el campo mexicano durante el periodo posrevolucionario.

El propósito de esta sesión es: explicar el rezago tecnológico, los contrastes regionales y las causas de la crisis del campo.

Los antecedentes de la reforma agraria se encuentran en el Plan de Ayala de 1911 y en la ley Agraria de 1915. Sus postulados, fueron incluidos en la Constitución de 1917.

A continuación, revisa el proceso de reparto agrario en el territorio nacional, que se llevó a cabo de la siguiente manera.

  • Inició en 1915 durante el mandato de Venustiano Carranza con un reparto de 167 936 hectáreas, los estados beneficiados fueron: Chiapas, Tabasco, Quintana Roo, Tlaxcala, Ciudad de México, Colima, Aguascalientes, Sonora y la península de Baja California.
  • Entre 1920 y 1924, durante la presidencia de Álvaro Obregón, la cifra aumentó pasando a 1 133 813 hectáreas incluyendo estados como Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Nayarit, Guanajuato, Querétaro, Morelos, Oaxaca y Campeche.
  • Plutarco Elías Calles entre 1924 y 1928 superó lo repartido por su antecesor y la cifra alcanzó 2 872 876 hectáreas, que se extendían por los estados: Jalisco, Michoacán, Hidalgo y Coahuila.
  • En el periodo de 1928 a 1930, correspondiente a la presidencia de Emilio Portes Gil, las hectáreas repartidas fueron 1 707 750, las cuales se distribuyeron en: Puebla, Estado de México, Guerrero y Veracruz.
  • Pascual Ortiz Rubio, entre 1930 y 1932, repartió 944 538 hectáreas en los estados de Durango Zacatecas, San Luis Potosí y Yucatán.
  • Finalmente, el periodo de 1932 a 1934, con el gobierno de Abelardo L. Rodríguez, que hizo un importante reparto en el territorio de Chihuahua con 790 694 hectáreas.

El reparto territorial ejecutado en la época cardenista fue el más importante del periodo. Conoce cómo se llevó a cabo este proceso.

Entre 1934 y 1940 los estados:  Sonora, Baja California Sur, Ciudad de México, Tlaxcala, Morelos y Chiapas reciben el menor porcentaje repartido de tierras en este periodo, con un aproximado de 99 999 hectáreas.

En Baja California Norte, Colima, Aguascalientes e Hidalgo, donde se repartieron de 100 000 a 299 999 hectáreas.

Se continuó el reparto en los estados de: Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Yucatán, Quintana Roo, Oaxaca, Guerrero, Puebla, Estado de México y Nayarit, en los cuales fue de 300 000 a 599 999 hectáreas.

El reparto de tierras fue superior en los estados: Sinaloa, Zacatecas, Nuevo León, Guanajuato y Querétaro con una cifra entre 600 000 y 999 999 hectáreas.

A los estados: Chihuahua, Coahuila, Durango, Jalisco y Michoacán se les otorgaron hectáreas que rondaban entre 1 000 000 y 1 399 999.

Finalmente, los estados más beneficiados del reparto agrario cardenista, San Luis Potosí y Campeche, con una entrega que osciló entre 1 400 000 y 1 800 000 hectáreas.

Es así como durante el gobierno cardenista el reparto de tierras, en ejidos y pequeña propiedad, fue intensivo llegando a casi diecinueve millones de hectáreas, convirtiéndose en el periodo que más benefició a los campesinos.

Esta información muestra que el reparto agrario en los primeros gobiernos posrevolucionarios se hizo de forma lenta. A partir de los años 30 este proceso se aceleró, debido a que el gobierno mexicano buscó nuevos rumbos económicos que lo impulsaran a la modernidad que se vivía en el mundo.

El presidente Cárdenas consideró que no sólo bastaba con el reparto de tierras, sino que era fundamental el apoyo crediticio por parte del Estado.

Por lo cual, se dio impulso al financiamiento rural para apoyar económicamente a los campesinos organizados en cooperativas, mediante el Banco Nacional de Crédito Agrícola. Más tarde este también otorgó préstamos a pequeños y grandes propietarios. El objetivo fue fomentar la producción agrícola para abastecer el mercado interno y externo.

Para continuar con el tema, observa el siguiente video del minuto 01:03 al 05:13.

  1. Disparidades sociales y económicas en el mundo rural

https://ventana.televisioneducativa.gob.mx/educamedia/telesecundaria/3/28/4/1610 14:31

Como se menciona en el video, la industrialización del país fomentó también la modernización del sector agrícola y el incremento de la producción alimentaria.

Cabe señalar que la Segunda Guerra Mundial favoreció este proceso. Los países involucrados en este conflicto se vieron obligados a reconvertir su industria para atender la producción bélica.

Por lo tanto, México enfrentó la necesidad de aumentar la productividad para abastecer el mercado interno y aprovechó para satisfacer la demanda internacional de bienes de consumo, es decir, alimentos y materias primas, entre otros. Con ello se favoreció el crecimiento económico y el inicio del llamado “milagro mexicano”.

A partir de los años 40 y hasta finales de los 50, con los gobiernos de Ávila Camacho, Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines, las políticas económicas se enfocaron en apoyar la agricultura comercial y de exportación.

Por ello, se otorgaron facilidades para la adquisición de parcelas, ranchos y haciendas, así como estímulos económicos para la mediana y gran propiedad. Todo ello fue aprovechado por los empresarios agrícolas y favoreció el acaparamiento de tierras, lo que reavivó el latifundismo.

Lo anterior contrastó con la falta de apoyo a los ejidatarios y la disminución en el reparto agrario. Muchos campesinos enfrentaron crecientes dificultades para acceder a créditos ejidales y esto los obligó a abandonar sus tierras y convertirse en jornaleros o migrantes.

Además, se llevaron a cabo proyectos de infraestructura para fomentar la expansión de la frontera agrícola en regiones que no estaban habitadas o eran cubiertas por selvas y bosques. Se talaron grandes extensiones de terrenos y se emprendieron obras de irrigación con el objetivo de ampliar la superficie para el cultivo, transformar estas tierras para hacerlas fértiles y así aumentar la productividad.

Por ejemplo, en los estados del Norte del país, como Sonora y Chihuahua, se introdujeron canales de riego para ganar espacio al desierto. Esto benefició principalmente a los medianos y grandes propietarios, quienes se dedicaban principalmente a la exportación.

De manera simultánea, a nivel internacional aparecieron nuevas técnicas para la producción, conocidas como la “Revolución verde” que consistió en mejorar la productividad del campo y aumentar la agricultura comercial.

En México se comenzaron a aplicar avances de la ciencia y la tecnología, como los pesticidas y fertilizantes para el control de plagas y la selección genética de frutos y semillas resistentes. Con ello se pensaba obtener suficiente alimento para la creciente población mexicana y cumplir con las demandas del mercado externo.

Poco a poco se fue ampliando la brecha entre los espacios agrícolas modernos y los espacios tradicionales de cultivo ejidal. Así se agudizaron las diferencias regionales, ya que se mantuvo un mayor desarrollo en el norte del país, mientras que en el centro y sur los cultivos de los ejidatarios siguieron dependiendo de las lluvias de temporal y, por tanto, eran menos productivos. Su cosecha era exclusivamente para el autoconsumo y el mercado local.

Esta producción tuvo limitados beneficios y generó poco impacto en la economía nacional. Sus productos y precios fueron controlados y sus ganancias muy bajas en comparación con las de los empresarios agrícolas.

Observa el siguiente video que menciona el declive del campo mexicano del minuto 08:40 a 12:40.

  1. Disparidades sociales y económicas en el mundo rural

https://ventana.televisioneducativa.gob.mx/educamedia/telesecundaria/3/28/4/1610 14:31

En el video se menciona que la producción agrícola descendió a mediados de los años sesenta y mostró evidencias de agotamiento.

Las políticas agrícolas se volvieron insostenibles, los problemas del campo se agudizaron y la desigualdad, la pobreza y el abandono de las tierras ejidales fueron en aumento. Cada vez más los préstamos y apoyos ejidales se condicionaban a intereses políticos y prácticas corruptas.

La percepción de que el ejido no tenía futuro y que el campesino no podía vivir del autoconsumo se afianzó.

A partir de los años 70 se buscó superar la crisis del campo que se manifestaba en disminución de la producción, rezago tecnológico, falta de apoyos al desarrollo del campo, dependencia alimentaria, migración a las ciudades, desigualdad social y descontento en el ámbito rural.

Se hicieron esfuerzos por echar a andar un nuevo proyecto agrario con tendencia a la exportación y la búsqueda de nuevos mercados internacionales. Sin embargo, el gobierno fue incapaz de responder a las continuas demandas de reparto de tierras, pues argumentaba que ya no había más por repartir. Por otro lado, preocupaban los resultados deficientes que había mostrado la pequeña propiedad rural.

Con el gobierno de Luis Echeverría se intentó reactivar la productividad dando impulso a la colectivización de los ejidos. De este modo, también se pretendía dar un nuevo vigor a las relaciones entre el gobierno y el campesinado.

Durante el periodo posrevolucionario, la demanda de reparto de tierras y apoyo a los campesinos fue una constante.

Los esfuerzos por atender esta demanda se iniciaron con el gobierno de Venustiano Carranza, pero fue hasta el sexenio del presidente Lázaro Cárdenas que se tomaron medidas para la expropiación de haciendas y la división de sus terrenos, así como la asignación de tierras que pertenecían al Estado mexicano, cobrando importancia las modalidades de ejido y pequeña propiedad.

En las siguientes décadas el reparto de ejidos disminuyó drásticamente, pero se favoreció a la mediana y gran propiedad agrícola. Con ello se esperaba dar respuesta al crecimiento demográfico y al aumento en la demanda nacional e internacional de alimentos.

A finales de los años 40 y principios de los 50, los avances en la industrialización incentivaron la producción del campo y las ganancias económicas de las empresas agrícolas. Sin embargo, esto no benefició a todos los campesinos.

En la década de los años setenta la crisis del campo mexicano fue inevitable. Las nuevas tecnologías agrícolas trajeron progreso, pero al mismo tiempo provocaron el desgaste del campo. Por otro lado, la desigualdad en los apoyos y la corrupción tuvieron como consecuencia el declive de la propiedad ejidal y de la pequeña propiedad.

La situación del campo pasará a segundo plano ante la petrolización de la economía y las políticas adoptadas en los años ochenta.

Desigualdad y movimientos sociales

Aprendizaje esperado: Reconoce las causas de la desigualdad, el descontento político y la importancia de la participación social.

Énfasis: Describir las causas de la explosión demográfica y la migración interna, el aumento de la demanda de servicios y la contaminación ambiental.

En sesiones anteriores estudiaste el crecimiento económico sostenido durante tres décadas al que se denominó “Milagro Mexicano”. La bonanza que experimentó nuestro país entre 1940 y 1970 permitió el desarrollo industrial, el mejoramiento de la infraestructura y la tecnificación del campo. Además, favoreció el crecimiento de la población y la creciente demanda de servicios.

Sin embargo, este desarrollo no benefició a todos por igual, como a los ejidatarios y pequeños propietarios, lo que derivó en una crisis del campo mexicano. Como consecuencia, un porcentaje importante de campesinos se vio obligado a abandonar sus tierras y a migrar a las ciudades en busca de mejores condiciones de vida.

Así mismo, este desarrollo desigual dio origen al descontento social y el surgimiento de movimientos sociales de gran trascendencia en la historia de México.

Para mostrar cómo nuestro país se fue transformando de rural a uno urbano, analiza la siguiente gráfica de población. La primera barra muestra a la población total en la década de los cincuenta, el porcentaje marcado en azul representa a la población rural, mientras que el porcentaje marcado con rojo representa a la población urbana. ¿Qué población es mayor? La rural.


La segunda barra muestra la población total en la década de los setenta, el porcentaje marcado con azul representa a la población rural, mientras que el porcentaje marcado con rojo representa a la población urbana. ¿Qué población es mayor? La urbana.

Como puedes apreciar, en 1970 hubo una mayor concentración de la población en las ciudades y, en contraparte, una disminución de población en el campo. Las causas fueron diversas, pero destaca el apoyo que el Estado brindó al fomento industrial y el impulso a las obras públicas, así como la tecnificación del campo.

Esto orillando a los ejidatarios y pequeños propietarios a abandonar sus tierras y a migrar a las grandes ciudades mexicanas o a los Estados Unidos de América, donde intentaron beneficiarse de los servicios de salud, vivienda y educación que brindaban los centros industriales.

La Ciudad de México, Querétaro, Guadalajara, Monterrey, Guanajuato y Puebla, entre otras ciudades, cobraron importancia por su desarrollo industrial y atracción como centros de trabajo con la opción de mejorar las condiciones de vida.

La capital del país se convirtió en el principal centro industrializado y concentró un alto número de habitantes debido a la diversidad de su desarrollo industrial: química, alimentación, textiles, electricidad, construcción y automotriz.

La segunda zona industrial de mayor importancia fue Monterrey, donde se desarrolló la industria siderúrgica, junto con la producción de papel, vidrio, químicos, autopartes y cementos. Guadalajara se convirtió en el tercer centro industrial, gracias a su producción de calzado y alimentos.

El fenómeno de la migración en México se agudizó en la década de 1970, los centros industriales como los antes mencionados y sus áreas circunvecinas concentraron a la mayor parte de la población: en la Ciudad de México casi 8 millones y medio de habitantes; en el caso de Monterrey, un millón 200 mil, y en Guadalajara casi un millón.

El crecimiento económico que generaron las ciudades industriales permitió que hubiera recursos para dotar de servicios públicos como agua potable, alcantarillado, alumbrado, pavimentación y servicio de limpia, entre otros. Además, se invirtió en servicios médicos, educativos y de vivienda.

Estas condiciones mejoraron la calidad de vida de la población y contribuyeron a la explosión demográfica, es decir, al rápido incremento en el número de habitantes, generando a su vez una mayor demanda de servicios y recursos, como alimentos.

El crecimiento de la población que se registró entre 1940 y 1970 también obedeció a la disminución de los índices de mortalidad y al incremento de las tasas de natalidad y de esperanza de vida.

Cabe mencionar que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, la esperanza de vida se define como el número de años que en promedio se espera que viva una persona después de nacer.

En la siguiente gráfica de evolución de la esperanza de vida se muestra que, en la década de 1950, los hombres vivían en promedio hasta los 45 años y las mujeres hasta los 48 años. En comparación, esta otra gráfica de la década de 1970 indica que la esperanza de vida para los hombres creció a 58 y para las mujeres incrementó a 63 años. En conclusión, la esperanza de vida aumentó durante estas décadas, para los hombres 13 y para las mujeres 15 años.

 


Es necesario precisar que la oferta de trabajo en las principales ciudades industriales no fue suficiente para emplear a todos los migrantes. Por lo tanto, algunos se vieron en la necesidad de autoemplearse o desempeñar actividades en el sector informal, trabajando como vendedores, albañiles, electricistas, peluqueros o zapateros. Este grupo no pudo beneficiarse de la seguridad social que proporcionaba un empleo fijo, ni la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida a corto plazo.

De esta manera, el exceso de población, el desempleo y la necesidad de contar con espacios habitables presionaron a muchos migrantes a asentarse en terrenos inapropiados y alejados de su lugar de trabajo, como en montes, barrancas o en la periferia de las principales ciudades industriales.

Esto dio paso a la formación de los denominados “cinturones de miseria”, donde la población desfavorecida se tornó más vulnerable por la carencia de los servicios básicos, como agua potable, alcantarillado, electricidad y transporte público.

 



Para consolidar tus conocimientos sobre las principales causas del crecimiento y explosión demográfica observa el siguiente video del minuto 1:02 a 02:58 y del minuto 04:22 a 5:50.

  1. La explosión demográfica

https://ventana.televisioneducativa.gob.mx/educamedia/telesecundaria/3/28/4/1612

Como refiere el video, las causas del crecimiento demográfico de las décadas en cuestión fueron el acceso a los servicios de salud, el fomento de las medidas de higiene, la prevención de enfermedades y las campañas de vacunación, así como la mejora en el abasto y la alimentación de la población.

Para comprender el fenómeno demográfico, observa la siguiente gráfica de barras que representa a la población total de México desde 1950 hasta el año 2000, centra tu atención en la primera barra que indica la década de 1950, ahora, en la segunda barra que destaca la década de 1960 y la tercera referida a la década de 1970. Como puedes apreciar hay un aumento de la población, es decir, un incremento significativo, pues en 30 años la población casi se duplicó.

 

Esta fue una situación que se experimentó a nivel mundial, y como también refiere el video, llevó a los países a tomar medidas para regular el crecimiento de la población. México redirigió su política de control demográfico y en consecuencia se creó el Consejo Nacional de Población en 1974.

Al respecto, Manuel Ordorica Mellado en su artículo “1974: momento crucial de la política de población” señala que: A mediados de los setenta del siglo XX se escuchaba por radio y televisión el famoso mensaje ‘la familia pequeña vive mejor’, que hoy todavía muchos mexicanos recuerdan. También se leía el mensaje ‘vámonos haciendo menos’”.

Como resulta evidente, el crecimiento de la población en las ciudades demandaba el consumo de agua y energía en grandes cantidades, además de la distribución de productos y la movilidad de los trabajadores cada vez a mayores distancias. Estas actividades provocaron un serio impacto ambiental.

Con el paso de los años las demandas de la población se multiplicaron, pues cada vez se requerían más servicios públicos, vivienda, salud, educación, así como empleo y mejores condiciones de trabajo. A esto se sumaban la necesidad de dar atención a graves problemas de contaminación provocados por la industrialización y el crecimiento de las ciudades.

Estas problemáticas y el descontento de algunos sectores de la sociedad llevaron a la creación de agrupaciones que exigían soluciones y se convirtieron en verdaderos movimientos sociales. Pero será hasta la próxima sesión que aprenderás sobre las protestas y la lucha por cambiar la situación del país.

Para concluir, observa un video sobre el México urbano del minuto 05:36 a 08:49.

  1. Nace el México urbano

https://ventana.televisioneducativa.gob.mx/educamedia/telesecundaria/3/28/4/1611

Como aprendiste en esta sesión, a partir de la década de los años cuarenta el país experimentó un crecimiento económico sostenido, gracias a la política de industrialización y sustitución de exportaciones, que duraría hasta la década de los setenta.

Esta bonanza económica significó empleos bien remunerados y seguridad laboral. La población gozó de servicios públicos, como salud y educación; además, se vio beneficiada con los programas sociales que favorecían la calidad de vida de un porcentaje de mexicanos.

Todo ello favoreció que las familias tuvieran un mayor número de hijos y que la tasa de mortalidad disminuyera. Además, se tradujo en un crecimiento significativo de la población, proceso denominado explosión demográfica.

Sin embargo, las condiciones económicas que imperaron al inicio de los años cuarenta cambiaron y la ciudad como centro de vivienda y trabajo comenzó a mostrar serios problemas en la década de los años setenta.

Por otro lado, en estas décadas se registró una tendencia migratoria del campo a la ciudad. A partir de los años cincuenta un amplio porcentaje de la población que migró a la ciudad tuvo que establecerse en sitios carentes de servicios públicos.

A pesar de ello, debido a la crisis del campo, la población rural siguió viendo a la ciudad como fuente de empleo, seguridad social y garantía de servicios públicos, pero era una percepción contraria a la realidad, ya que el porcentaje de quienes conseguían empleo y seguridad social era mínimo.

Pon en práctica los conocimientos adquiridos. Para ello, realiza un mapa mental, registra e ilustra las causas que propiciaron la migración y el crecimiento demográfico durante el periodo conocido como “milagro mexicano”.




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