LA RESTAURACIÓN DE LA REPÚBLICA Y EL PORFIRIATO
La restauración de la República
Aprendizaje esperado: Analiza la multicausalidad del desarrollo económico de México y las consecuencias sociales a finales del siglo XIX y principios del XX.
Énfasis: Analizar los gobiernos liberales y su proyecto nacional.
Realiza una breve recapitulación de los hechos históricos que llevaron a la nación hacia la república restaurada. Presta atención a los elementos del mural "La Reforma y la caída del Imperio", de José Clemente Orozco.
Al centro se observa el rostro del presidente Benito Juárez y la bandera de sus seguidores republicanos quienes están por encima de los conservadores y del cadáver de Maximiliano de Habsburgo, que es cargado por quienes sostuvieron la intervención francesa y el gobierno monárquico, como el arzobispo Pelagio Labastida y Dávalos, el mariscal francés Aquiles Bazaine, el emperador Napoleón III, así como mexicanos partidarios del Segundo Imperio, entre otros.
A la derecha aparece el clero, quien conspira contra el pueblo y es enfrentado por un soldado que lleva en su gorro el número 57, como símbolo de la Constitución liberal de 1857. El guerrillero con la mano izquierda sostiene unas cadenas amarradas al cuerpo del eclesiástico, representado como un monstruo vencido por las leyes de Reforma.
Como recordarás, al triunfo de la República sobre el Imperio de Maximiliano, el presidente Juárez acompañado por los miembros de su gabinete hizo su entrada triunfal en la Ciudad de México el 15 de julio de 1867.
Donde emitió uno de sus célebres manifiestos.
Mexicanos: encaminemos ahora todos nuestros esfuerzos a obtener y a consolidar los beneficios de la paz […]. Que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos. Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.
Observa el siguiente mural sobre este suceso.
Puedes identificar personajes como los chinacos o elementos fundamentales, como la prensa Para conocer más sobre este episodio y la obra artística que observaste, observa y escucha el siguiente video.
- Conmemoran entrada triunfal de Juárez a la Ciudad de México en 1867. INAH TV
https://www.youtube.com/watch?v=3nQuTI3kr_8&t=61s
Los días siguientes al arribo a la Ciudad de México, Juárez los consagró a dictar las medidas necesarias para la normalización del orden constitucional y el restablecimiento de las instituciones suspendidas por la intervención francesa y el imperio.
Se promulgó un decreto convocando a elecciones para presidente de la República, los miembros de la Cámara de Diputados y la Suprema Corte de Justicia. En ese mismo acto se pretendía realizar un plebiscito para crear el senado que daría mayor equilibrio a los tres poderes de la Unión, esa y otras medidas que no prosperaron por la oposición que desataron entre las distintas facciones liberales.
En las elecciones para el periodo presidencial de 1867-1871 que se realizaron en septiembre, Juárez logró alcanzar la victoria derrotando al general Porfirio Díaz, su más cercano contendiente.
Finalmente, el 8 de diciembre de ese mismo año, el Congreso de la Unión reanudó sus sesiones suspendidas en mayo de 1863.
Los dos principales problemas que el gobierno de Juárez debía enfrentar eran la completa pacificación del país y el restablecimiento de la muy dañada economía mexicana.
Como primera medida para asegurar la paz, el presidente promovió una política de reconciliación con los que habían participado en la intervención, formado parte de la administración o el ejército imperial.
La confiscación de propiedades prevista por la ley fue cambiada por sanciones pecuniarias y las penas de prisión a las que algunos fueron condenados se conmutaron por penas menos severas; y, posteriormente, mediante una ley de amnistía, quienes habían perdido sus derechos ciudadanos pudieron recuperarlos.
Profesionistas e intelectuales que en el pasado colaboraron en el gobierno imperial se reincorporaron paulatinamente a la vida cultural y política de México, realizando importantes contribuciones al derecho, la ciencia y el arte.
El perdón para los que apoyaron a los franceses y a Maximiliano resultó ser una medida muy útil, pero la lucha contra la Intervención francesa y el Segundo Imperio Mexicano postergó la atención de numerosos conflictos que tenían su origen en tiempos anteriores, como el problema de la tenencia de la tierra y los múltiples cacicazgos regionales. Por lo que en varios puntos del país surgieron levantamientos armados que defendían distintos reclamos.
Además de lo anterior, como herencia de las luchas pasadas, en varias partes del país proliferaron gavillas de ladrones, salteadores y plagiarios que volvieron ingobernables algunas regiones del país.
Más allá del temor que infundían en las comunidades, representaban una seria amenaza para el gobierno que intentaba restaurar el orden. Para contenerlos fue necesario decretar la suspensión de garantías en algunos puntos, crear cuerpos de “rurales” y se persiguió sistemáticamente a vagos y malvivientes.
A partir de 1870 se establecieron numerosas asociaciones mutualistas de artesanos y obreros, la más destacada de ellas fue el Gran Círculo de Obreros de México, fundado en 1872. Debido al descontento por las condiciones laborales, se dieron algunas huelgas en la incipiente industria minera y textil.
Observa y escucha el siguiente video sobre la economía y los medios de transporte en la segunda mitad del siglo XIX.
- Caminos y puentes que voy pasando
https://www.youtube.com/watch?v=z85C6l8tkrY&t=134s
Con respecto a la economía, Matías Romero al frente del Ministerio de Hacienda elaboró un presupuesto y se fijó como meta la reducción del déficit.
Además, realizó importantes reformas: reforzó el control de las autoridades federales sobre las aduanas, sustituyó el impuesto del papel sellado por el del timbre que amplió la base gravable y continuó con la nacionalización de bienes eclesiásticos, que, si bien no libraron al país de la bancarrota, ni logró la aspiración de crear una amplia base de pequeños propietarios, sí contribuyó a la modernización de la economía y el saneamiento de la Hacienda.
Para estimular la inversión, el gobierno de la República ratificó las concesiones otorgadas por el Imperio al Banco de Londres y Sudamérica y a la compañía constructora del ferrocarril de México a Veracruz, cuyo tramo de México a Puebla fue inaugurado por el presidente Juárez en 1869.
Las medidas adoptadas resolvieron muchos de los principales problemas, aunque resultaron insuficientes ante los elevados gastos de la pacificación.
En materia de política internacional, como producto de la experiencia de la Intervención Tripartita de 1862, el Gobierno de la República adoptó los principios de la Doctrina Juárez que declaró insubsistentes los tratados firmados con naciones que hubieran reconocido al Imperio.
En septiembre de 1868 una revolución dirigida por Juan Prim y Francisco Serrano fundó la Primera República española, que dio el primer paso para restablecer relaciones con México, lo cual se alcanzó en 1871. Con Alemania e Italia, las relaciones se iniciaron en 1869, en cambio, los lazos diplomáticos con Francia e Inglaterra se reanudaron casi dos décadas más tarde.
Con Estados Unidos, Juárez adoptó una política que permitió una relación respetuosa en la que México pudo obtener ventajas de la vecindad con uno de los países más ricos del mundo.
La nueva política exterior que asumió México como resultado de su lucha contra la intervención francesa y el Segundo Imperio Mexicano, buscó establecer relaciones equitativas con otras naciones y que no atentaran contra sus propios intereses. La defensa del principio de no intervención se convirtió en la base de la política exterior de Juárez.
En lo referente a la educación y la cultura, ambos temas pasaron a formar parte del proyecto nacional. Con el deseo de formular un programa educativo sustentado en verdades científicas y alejado de principios dogmáticos, Benito Juárez designó al médico Gabino Barreda para presidir una comisión para elaborar el proyecto educativo del gobierno federal. Adaptando los principios del positivismo al liberalismo, el 2 de diciembre de 1867 se promulgó la Ley Orgánica de Instrucción Pública que estableció la primaria gratuita y obligatoria y creó la educación secundaria para mujeres.
La fundación de la Escuela Nacional Preparatoria, que abrió sus puertas al año siguiente, fue pieza fundamental para dar un sustento homogéneo a la educación profesional.
La reforma de la Ley en 1869 estableció el completo laicismo en la educación y además tuvo el objetivo de crear un número suficiente de escuelas primarias para niños y niñas. Todas estas reformas permitieron que décadas más tarde, en 1910, se creara la Universidad Nacional de México.
A partir de la Reforma se cultivó menos el arte religioso y las Bellas Artes pudieron abordar nuevas temáticas con mayor libertad. El triunfo de la República dio impulso y sustento a un nuevo sentimiento nacionalista que fue fuente de inspiración para los creadores, en especial en la literatura que casi de inmediato produjo obras clave como Calvario y Tabor de Vicente Riva Palacio, El Cerro de las Campanas de Juan A. Mateos, así como innumerables piezas teatrales.
Los autores de la época vieron en las novelas un vehículo idóneo para lograr el progreso intelectual y moral del pueblo, pues en ellas se podían transmitir diversas doctrinas, así como los principios de regeneración moral y política. Influidos por el romanticismo, estaban convencidos que, a través del culto a la historia y sus héroes, se contribuía a la creación de una conciencia cívica.
En menor medida, la pintura y escultura formaron parte de esta intención didáctica, alcanzando un mayor auge durante el porfirismo.
En 1871, Juárez decidió presentar nuevamente su candidatura. Contendiendo contra Porfirio Díaz y Sebastián Lerdo de Tejada, Juárez obtuvo 5,837 votos, siendo declarado ganador de los comicios. Incapaces de aceptar la derrota electoral, Díaz y sus partidarios se sublevaron con el Plan de la Noria. El plan tuvo un apoyo limitado y finalmente fracasó.
El 18 de julio de 1872, víctima de un padecimiento cardiaco, murió el presidente Benito Juárez.
Sebastián Lerdo de Tejada fue electo presidente interino para el periodo 1872-1876, debido a que presidía la suprema corte de justicia.
Durante su mandato incorporó las Leyes de Reforma a la Constitución y separó del todo al Estado de la Iglesia. Continuó la construcción de vías férreas, terminando la conexión de Veracruz con el entonces Distrito Federal, y planeó su expansión hasta la frontera norte. Además, mantuvo activa la política juarista de desamortización de propiedades para convertir la gran propiedad comunal en parcelas privadas, lo cual provocó que creciera la tensión con varios grupos populares.
En 1876 se postuló para un segundo periodo y ganó la elección. El hombre responsable de sucederlo sería José María Iglesias, presidente de la Suprema Corte de Justicia.
Porfirio Díaz nuevamente desconoció el resultado mediante el Plan de Tuxtepec e inició un movimiento armado. Ante la fuerza que cobró la Revolución de Tuxtepec, Lerdo e Iglesias huyeron. A la caída de Lerdo, Díaz quedó como presidente de facto; es decir, la ley no respaldaba su cargo, pero de todos modos lo ejercía. Iniciaba así el Porfiriato.
A esta etapa se le conoce como República Restaurada al periodo de 1867 a 1876, donde gobernaron Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada.
La paz porfiriana y la centralización del poder
Aprendizaje esperado: Analiza la multicausalidad del desarrollo económico de México y las consecuencias sociales de finales del siglo XIX y principios del XX.
Énfasis: Analizar las causas de la llegada de Porfirio Díaz al poder y su permanencia en él.
¿Qué vamos aprender?
Conocerás un periodo de la historia del país que ha generado controversia y sigue siendo motivo de debate. Es referente al Porfiriato.
¿Por qué se conoce al régimen de Porfirio Díaz como una dictadura?
¿Qué estrategias llevó a cabo Díaz para mantenerse en el poder por tres décadas?
Recordarás que durante la sesión pasada se habló de la Restauración de la República, con el triunfo liberal encabezado por el presidente Benito Juárez, tras la caída del Segundo Imperio Mexicano. En ese periodo el gobierno liberal finalmente logró aplicar las Leyes de Reforma, como la separación de la Iglesia y el Estado, la ley de nacionalización de bienes eclesiásticos y la secularización de la vida cotidiana, es decir, el abandono paulatino de los valores religiosos y el poder de la Iglesia.
Porfirio Díaz no fue ajeno a este proceso. Cuando piensas en el general oaxaqueño, lo sueles imaginar como el presidente que gobernó por más de tres décadas, pero antes de llegar a la presidencia, destacó por su carrera militar en el bando liberal.
Siendo general de división, comandó al ejército mexicano que derrotó en Puebla a las fuerzas extranjeras intervencionistas en 1867. Esto le valió ser conocido como el “Héroe del 2 de abril”, recordando así la fecha de su victoria.
Después del triunfo de la República, Díaz intentó llegar a la presidencia, por lo que contendió en las elecciones contra Benito Juárez, quien resultó vencedor por un amplio margen de votos.
En 1871, se postularon de nueva cuenta Porfirio Díaz y Benito Juárez, aunque en esa ocasión Sebastián Lerdo de Tejada se sumó a la contienda.
Ante el nuevo triunfo de Juárez, Díaz se levantó en armas y se opuso a la reelección a través del Plan de la Noria donde proclamaba que: “(…) ningún ciudadano se imponga y perpetúe en el ejercicio del poder”. Sin embargo, el levantamiento fue sofocado por las fuerzas del gobierno.
En 1872 el presidente Benito Juárez murió y Sebastián Lerdo de Tejada, quien presidía la Suprema Corte de Justicia, quedó al frente del gobierno como presidente interino. Al llegar 1876, año en el que concluiría su administración, Lerdo intentó reelegirse. Ante esto, Porfirio Díaz hizo un nuevo llamado a tomar las armas, en esta ocasión encabezando la Rebelión de Tuxtepec.
Varios liberales destacados como Vicente Riva Palacio e Ignacio Ramírez “el Nigromante” apoyaron a Díaz en la rebelión que lo llevó a la presidencia.
Al igual que en el Plan de la Noria, en el Plan de Tuxtepec Díaz prometió respetar la Constitución de 1857, retomó el principio de: «Que ningún mexicano se perpetúe en el poder y esta será la última revolución», y enarboló el lema de «Sufragio efectivo. No reelección».
El 28 de noviembre de 1876, Porfirio Díaz asumió la presidencia de la República de forma interina y, tras unas elecciones extraordinarias, la ganó de forma constitucional a principios de 1877. Con excepción de un periodo de cuatro años, ejerció el cargo hasta 1911 cuando fue derrocado, irónicamente por un movimiento antirreeleccionista.
¿Cómo fue el gobierno de Porfirio Díaz? Observa y escucha el video que te permitirá tener un panorama general del Porfiriato. En esta ocasión analizaras el aspecto político y en sesiones subsecuentes abordarás otros ámbitos.
- El Porfiriato
https://www.youtube.com/watch?v=ThE39sy3d88
Una dictadura es una forma de gobierno en la que una sola persona o grupo político concentra todo el poder, sin límites ni divisiones y para conservarlo suele violar las leyes o modificarlas para justificar su permanencia en el gobierno.
El régimen de Porfirio Díaz se considera una dictadura porque las instituciones de justicia y el Poder Legislativo estaban a sus órdenes. Además, impidió que se llevaran a cabo elecciones libres e impuso a los gobernadores de los estados y otras autoridades; eliminó las libertades políticas, censuró a la prensa y reprimió las protestas sociales.
Sin embargo, el gobierno de Porfirio Díaz no fue una dictadura desde el inicio, sino que fue adaptando paulatinamente las condiciones para ello. Modificó la Constitución, ganó la lealtad de los principales líderes y logró diluir los conflictos que existían entre ellos a través de arreglos y negociaciones con los diferentes grupos políticos.
En esta cronología se muestran los periodos de gobierno de Porfirio Díaz. El primer periodo inicia en 1877 y concluye en 1880. Después, Manuel González ocupa la presidencia de 1881 a 1884. Posteriormente, Porfirio Díaz regresa al poder en 1885 y se perpetua en él hasta 1911.
Cabe mencionar que la Constitución de 1857 permitía la reelección tras un periodo de alternancia. Pero el Congreso modificó la Constitución en 1887 para que Díaz fuera reelecto por un periodo más, y luego en 1890 se volvió a modificar para que pudiera reelegirse de manera permanente.
Notarás que todos los periodos fueron de cuatro años, menos los últimos dos, que fueron de seis.
A finales de 1903 el Círculo Nacional Porfirista envió al Congreso la propuesta para reformar una vez más la Constitución y ampliar el periodo presidencial por seis años, además de crear la figura de la vicepresidencia. Díaz siempre buscaba la manera de darle un aspecto legal y constitucional a todas las modificaciones que le permitían seguir gobernando.
Cuando analizas el Porfiriato, puedes identificar tres grandes etapas.
En la primera, Díaz se enfrentó al reto de consolidar su poder y evitar algún levantamiento armado de antiguos aliados u opositores. Para dicho propósito, el presidente tejió un complejo equilibrio de fuerzas entre los distintos poderes y esto contribuyó a conservar la paz y a estabilizar el país. Brindó cargos públicos y nombró jefes políticos a diversos caudillos locales que habían destacado en las guerras de reforma e intervención.
Asimismo, concilió con instituciones conservadoras, como la iglesia católica, al flexibilizar la implementación de las políticas liberales derivadas de las Leyes de Reforma y también ofreció garantías e incentivos para los empresarios e inversionistas extranjeros y nacionales. Así, tras décadas de guerras e intervenciones, se había establecido la paz nacional.
La segunda etapa se da a partir del regreso de Díaz al poder en 1884, después de la presidencia de su compadre, Manuel González. En esta etapa, la política de Díaz se transformó, fue de una estrategia conciliadora a un poder impositivo y extremadamente concentrado en la figura del dictador. El resto de funcionarios, jueces, senadores o gobernadores estaban subordinados a la voluntad del presidente.
En esta segunda etapa, las figuras que rodeaban a Díaz gradualmente se fueron sustituyendo. Los militares que lo acompañaron en la primera etapa de su gobierno fueron dejando su lugar a una generación de intelectuales, asesores y administradores, conocida como “Los Científicos”.
“Los Científicos” comulgaban con la doctrina del positivismo, corriente de pensamiento que afirmaba que todo conocimiento deriva de la experiencia y se puede respaldar por medio del método científico.
Este grupo marcó las nuevas directrices de la administración y estableció la consigna de “Orden y progreso”, como máxima de gobierno. Entre los miembros más representativos de la generación, se encuentran José Yves Limantour y Justo Sierra, quienes se concentraron en la aplicación de políticas públicas modernizadoras y desarrollistas.
Conforme Porfirio Díaz iba concentrando el poder político, reprimiendo a sus opositores y tomando el control de las instituciones, su gobierno se justificaba con la promesa de que la libertad sería una consecuencia del progreso material y la modernización, pero que primero era necesario imponer la paz.
Uno de los conflictos más significativos de esta etapa fue “la guerra del Yaqui”, un enfrentamiento armado entre el gobierno y el pueblo Yaqui de Sonora entre las décadas de 1870 y 1880, que estudiarán con más detalle en una de las próximas sesiones.
Una de las estrategias utilizadas por el régimen de Díaz para dominar a la opinión pública fue fomentar el culto a la personalidad del dictador, valiéndose del apoyo de los periódicos financiados por el gobierno y que superaban ampliamente el tiraje de los diarios de oposición.
El control y la censura de la prensa formaron una parte importante de la estrategia de consolidación del poder de Díaz. Sin embargo, la manera como el gobernante se relacionó con la prensa fue una combinación de autoritarismo, conciliación, manipulación y concesiones.
A pesar de la censura, las voces críticas de editores y periodistas se expresaban en los periódicos de oposición, corriendo el riesgo de ser perseguidos, encarcelados, desterrados e incluso asesinados.
Analiza un ejemplo de la sátira que se hacía en aquella época para criticar al presidente. Es una caricatura publicada en el periódico “La Mosca”, el 5 de abril de 1877, se titula “El Pavo”
En ella se representa a Díaz vestido como militar, empuñando una espada con la palabra “Dictadura”, mientras despliega la ostentosa cola y las patas del pavo real, un animal asociado con la vanidad. Por tanto, el presidente es mostrado, y ridiculizado, como un dictador egocéntrico.
La llegada del siglo XX marcó la tercera y última etapa del Porfiriato. En ella se agudizaron las contradicciones generadas a lo largo de dos décadas. La represión gubernamental era una constante y se sometieron los levantamientos indígenas, campesinos y obreros.
En esta etapa una de las principales publicaciones antiporfiristas fue El Hijo del Ahuizote, revista satírica fundada en 1885 que utilizó el sentido del humor para ridiculizar a Porfirio Díaz.
En 1902 los hermanos Flores Magón se encargaron de la publicación.
Cuando el diario se popularizó fue víctima de la censura del gobierno. Sin embargo, los editores continuaron publicándolo de manera clandestina. Como respuesta, Díaz decretó que ningún medio o periódico en el que participaran los hermanos Flores Magón podía circular, de lo contrario serían encarcelados.
Como has visto hasta ahora, una de las principales características del Porfiriato fue la falta de libertades y de democracia.
En las siguientes sesiones, conocerás que estas carencias fueron un antecedente de la Revolución Mexicana que daría fin a la dictadura de Porfirio Díaz.
Recuerda que, si el régimen porfirista logró consolidarse fue por las alianzas, pactos y relaciones de dependencia entre Porfirio Díaz y los distintos actores políticos, como la Iglesia, el ejército y los inversionistas nacionales y extranjeros.
Entre los cimientos de la dictadura destacaron los mecanismos de control que iban de la conciliación a la represión.
A esto se sumaban la censura y la falta de libertades y de democracia. Lo que generó un hartazgo generalizado en la mayoría de la sociedad.